Panamá, 26 junio de 2024. Después de medio siglo de no detectarse la transmisión autóctona de dengue en Panamá, en 1,993 resurge esta infectocontagiosa enfermedad viral, convirtiéndose desde entonces en un serio problema de salud pública en todo el territorio nacional.
En la región de Chiriquí en 1,995 se registraron defunciones por dengue que provocaron alarma generalizada entre la población, sin embargo persisten las prácticas y condiciones sanitarias que favorecen la proliferación del vector transmisor del virus, el mosquito Aedes Aegipty.
El jefe regional de Control de Vectores del Ministerio de Salud, Patricio Camarena insiste en que la participación de la población es esencial en la prevención del dengue; ya que solo eliminando los criaderos del Aedes Aegipty del entorno familiar y sus alrededores, se controlará la población de este insecto.
Cualquier objeto que conserve agua, inclusive la tapa de una botella, puede servir de criadero del Aedes Aegipty, por lo que es necesario que la comunidad mantenga una constante vigilancia de sus residencias y patios, señaló el técnico Camarena, quien destacó que éste insecto también puede trasmitir el zika, el chikungunya y la fiebre amarilla.
De presentar síntomas como fiebre superior de 40 grados, náuseas, vómitos, cansancio intenso, manchas en la piel, picazón, sangrado de nariz y/o encías, dolores en cabeza, ojos, músculos y/o de articulaciones, se debe recibir atención médica para evitar complicaciones.
Según la Organización Panamericana de la Salud, hasta el pasado seis de junio, 43 países y territorios de la Región de las Américas han reportado 9.386.082 casos de dengue, una cifra dos veces mayor al número de casos registrados durante todo el 2023. Para la misma fecha en la provincia de Chiriquí se habían confirmado 584 casos de dengue clásico y una infestación de Aedes Aegipty superior al 3 %,
Se desconoce cuando ingresó el Aedes Aegipty al istmo, pero su impacto en la salud pública fue notoria a mediados del siglo XIX (1,851) e inicios del XX (1,905) cuando la fiebre amarilla, provocó muerte y dolor entre los miles de personas que transitaban por la región y entre los que participaron en la construcción de grandes obras como el ferrocarril transistmica y el canal interoceánico.