El 9 de marzo del 2020 quedó marcado en la historia de la epidemiología en Panamá como el inicio de una enfermedad que se preparó en silencio y que sorprendió al mundo entero.
El jefe nacional de epidemiologia del Ministerio de Salud (MINSA), Leonardo Labrador destacó que desde el día #1 se encendieron las alarmas y se dio de manera inmediata la suspensión de actividades feriales, deportivas, cabalgatas, conciertos y educativas al mismo tiempo el Instituto Conmemorativo Gorgas se preparó para empezar con la aplicación de 1,500 pruebas, un año después el país se acerca a los 2 millones de pruebas realizadas.
La pandemia por Covid-19, puso en jaque al mundo entero, el 2020 marca un hito en la historia de la medicina en Panamá y la tecnología marcó un papel importante la digitalización del 95% del sistema esto permitió que la trazabilidad y la actualización de datos se dé manera inmediata.
No es una novedad el estudio de eventos epidemiológicos a nivel mundial, desde que se conoció en el mes de diciembre que había un nuevo coronavirus en China se dio seguimiento, tras conocer que Panamá es un punto de encuentro en movilizaciones aéreas.
El 2 de febrero, al más alto nivel, se instala el Centro de Operaciones de Emergencia (COE), para la toma inmediata de decisiones que le permitieran al país, sobrellevar lo que era inevitable, la llegada del nuevo coronavirus a suelo panameño.
“Panamá cierra este primer año de pandemia con un aproximado de 345 mil casos confirmados, 7 mil casos activos y 5,934 personas fallecidas, y a su vez se han aplicado 1.9 millones de pruebas en todo el territorio nacional a lo largo de un año, lo que permitido el diagnóstico oportuno, para un tratamiento inmediato”, destacó el dr. Labrador.
La trazabilidad de los casos ha sido elemental para el control de la pandemia, aislar a los contactos permitió que las cifras se mantuvieran controladas, de hecho, el Ministerio de Salud cuenta con 167 Equipos Unificados de Trazabilidad (EUT) y 298 Equipos de Repuesta Rápida (ERR), trabajando en la búsqueda pacientes positivos.
La llegada de la vacuna siembra una esperanza, pero no es el fin del COVID-19, ésta es una enseñanza que nos dejó la influenza, sin embargo, en epidemiologia se recomienda seguir con los controles de bioseguridad que permitan mantener la enfermedad controlada, concluyó el dr. Labrador.