En este día de los difuntos, la Región Metropolitana de Salud se mantuvo en vigilancia permanente para verificar el cumplimiento de las medidas de bioseguridad de las personas que visitaron los diversos cementerios, bajo la responsabilidad sanitaria de los Centros de Salud.
Desde tempranas horas, el equipo del Centro de Salud de Santa Ana se trasladó al cementerio de Amador, donde el director médico, Evelio Parra, señaló que de manera anticipada se hizo supervisión y fumigación.
“Hoy estamos verificando la asistencia de las personas a visitar sus familiares que fallecieron, para lo cual se permite cierta cantidad de personas por tumba alrededor de cuatro y no más de 30 minutos”.
La autoridad sanitaria mencionó además que la idea es que no haya aglomeración de personas, la visita debe ser corta y cumpliendo con el uso permanente de la mascarilla, el gel alcoholado y guardando el distanciamiento.
Otra de las recomendaciones “es evitar que adultos mayores y niños asistan a los cementerios, ya que estos son los más expuestos a enfermar por la COVID-19” dijo el dr. Parra.
En este 2 de noviembre a nivel general se pudo notar la participación de pocas personas en los cementerios y las mismas cumplían con las medidas de bioseguridad establecidas por el Ministerio de Salud.