Por considerarlo de interés sanitario y al conmemorarse hoy 10 de octubre, el Día Mundial de la Salud Mental, monseñor José Domingo Ulloa emitió el siguiente mensaje para que reflexionar sobre la urgencia de romper estereotipos y crear conciencia sobre los problemas de salud mental que en el mundo se han agudizado con la pandemia de Covid-19.
Una situación como la pandemia de Covid-19 ha aumentado por múltiples razones, los casos de trastornos mentales, aislamiento, soledad lleva a que, en la región de las Américas, casi 100.000 personas mueren por suicidio cada año.
Monseñor Ulloa señaló, “en estas circunstancias, se hace imprescindible que trabajemos juntos todos los sectores de la sociedad para que la atención de salud mental sea una realidad para todos, nos corresponde en nuestras familias, estar atentos de los comportamientos de los demás miembros, porque hay señales que no debemos ignorar”.
No esperemos que la situación se agrave porque sentimos vergüenza de estar afectados o tener a un familiar con problemas de salud mental, las comunidades de fe, donde nuestros fieles buscan orientación espiritual, debemos estar alertas porque algunos pueden requerir atención y debemos orientarlos a buscar ayuda médica especializada, enfatizó Ulloa.
El prelado de la iglesia católica dijo, “el Estado, a través de sus autoridades, le corresponde garantizar que se amplíe el servicio de la atención en salud mental, en la actualidad el país cuenta con el Instituto de Salud Mental (Insam), camas en hospitales generales y equipo de salud mental en Centros de Salud, que deben ser reforzados.
Señaló también que como país debemos esforzarnos en el establecimiento de políticas públicas en salud mental, para contar con los especialistas, las instalaciones y el equipo técnico necesario para que los sectores de la población que históricamente están marginados y excluidos, no queden en las calles y avenidas, o encerrados en un cuarto de nuestro hogar, sino que sean atendidos integralmente, y de ser posible de manera preventiva.
Pidamos a Nuestro Señor Jesucristo, que podamos trabajar unidos para que la “atención de salud mental para todos, la hagamos realidad”.