Expertos en Salud Mental del Ministerio de Salud, reiteran que la navidad es la celebración del nacimiento de Jesús, “el mesías” del mundo cristiano, cuyo evangelio se basa en el amor fraterno y la paz universal.
La navidad y nuestra felicidad no las definen el poder económico para comprar regalos y preparar fiestas; sino por nuestra capacidad de amar al prójimo, procurar la paz y compartir con las personas más necesitadas.
La satisfacción y alegría generalmente asociada a la Navidad, no es compartida por muchas personas que sufren lutos, problemas de salud, distanciamiento de familiares, pobreza extrema u otras causas.
Las personas que sienten nostalgia y tristeza para prevenir episodios de ansiedad o de depresión que afecten su salud mental, deben evitar el aislamiento y la soledad prolongada; inclusive participar en actividades de asistencia social, como ayudar a familias y regalar a niños pobres.
En cuanto a las limitaciones económicas que enfrentan muchos hogares, los adultos deben atender a los adolescentes e infantes, inculcándoles que lo más importante en Navidad o cualquier otra época del año, es la salud y la armonía familiar.
Los funcionarios advirtieron sobre el peligro de refugiarse en alcohol o drogas; ya que, en lugar de encontrar una salida a sus problemas, las adicciones representarán uno mucho mayor.